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Fotografía editorial de los tres álbumes ilustrados de Apryl Stott sobre empatía y amabilidad para niños

Cómo educar en la empatía: guía práctica para familias (y álbumes que ayudan)

Tu hijo acaba de empujar a su hermana pequeña. Cuando le preguntas por qué lo ha hecho, te responde con un encogimiento de hombros: «No sé, me apetecía». En ese momento te preguntas: ¿cómo le enseño a ponerse en el lugar del otro? ¿Cómo cultivo esa capacidad de sentir lo que sienten los demás?

La respuesta es: enseñando empatía. Y no, no es algo que se aprende de un día para otro. Pero sí es algo que se puede cultivar, día a día, con pequeños gestos, conversaciones y, por supuesto, con libros que nos ayuden a abrir esa ventana hacia el mundo emocional de los demás.


Qué es realmente la empatía (más allá de la definición)

Seguro que has escuchado mil veces eso de «ponerse en los zapatos del otro». Pero la empatía va mucho más allá de una frase bonita. Es la capacidad de reconocer, comprender y conectar con las emociones de otra persona, incluso cuando no estamos de acuerdo con ella.

Ser empático significa tres cosas:

Escuchar de verdad. No solo las palabras, sino también lo que dicen los gestos, la mirada, el tono de voz. Los niños son maestros en captar estas señales no verbales, pero necesitan que les ayudemos a darles nombre.

Sentir con el otro. No se trata de pensar «qué haría yo en su lugar», sino de intentar sentir lo que la otra persona está sintiendo. Es una conexión emocional profunda.

Actuar desde la comprensión. La empatía no se queda en el sentimiento: se transforma en acciones. Un abrazo, unas palabras de consuelo, una mano tendida.

Los expertos hablan de tres tipos de empatía: la cognitiva (entender mentalmente el punto de vista del otro), la emocional (sentir lo que siente) y la compasiva (esa que te impulsa a ayudar). Pero para nosotros, como familias, lo importante es saber que la empatía se aprende, y que tenemos un papel fundamental en ese aprendizaje.


Por qué la empatía es el superpoder que tu hijo necesita

Vivimos en un mundo acelerado, donde parece que solo hay tiempo para lo urgente, para nosotros mismos. Pero educar a nuestros hijos en la empatía no es un capricho: es una necesidad. Los niños empáticos se convierten en adultos más felices, con mejores relaciones y mayor capacidad para enfrentar los desafíos de la vida.

La empatía construye puentes. Un niño que entiende las emociones de los demás tiene menos conflictos con sus hermanos, amigos y compañeros de clase. Sabe pedir perdón cuando se equivoca y sabe perdonar cuando le hacen daño.

Refuerza la autoestima. Cuando un niño aprende a reconocer sus propias emociones y las de los demás, se siente más seguro de sí mismo. Sabe que sus sentimientos son válidos y aprende a gestionarlos.

Evita el bullying. Los estudios lo confirman: los niños empáticos tienen menos probabilidades de ejercer acoso escolar. Y si lo presencian, son más propensos a defender a la víctima.

Mejora el aprendizaje. Un niño que se siente comprendido y que comprende a los demás tiene mejor disposición para aprender, para cooperar, para participar en el aula.


Cómo trabajar la empatía en casa (sin sermones)

La buena noticia es que no necesitas ser psicólogo ni pedagogo para enseñar empatía. Lo que necesitas es estar presente, prestar atención y aprovechar las pequeñas oportunidades del día a día. Aquí van algunas estrategias que funcionan:

1. Crea espacios de escucha real

Cada día, busca un momento para sentarte con tu hijo y preguntarle cómo está. No vale un «bien» rápido mientras miras el móvil. Hablamos de una escucha de verdad: mirada a los ojos, sin prisas, sin juicios.

Pregúntale qué le ha pasado hoy, qué ha sentido, qué le ha hecho feliz o qué le ha preocupado. Y cuando te responda, no te apresures a dar soluciones. A veces solo necesitan ser escuchados.

2. Pon nombre a las emociones

«Veo que estás enfadado porque tu hermano ha cogido tu juguete». «Parece que te sientes triste porque tu amiga no ha querido jugar contigo». Nombrar las emociones les ayuda a reconocerlas, en ellos mismos y en los demás.

Con los más pequeños, puedes usar caritas de emociones, dibujos, o incluso el clásico «termómetro de las emociones». Con los mayores, conversaciones más profundas sobre lo que sienten y por qué.

3. Juega a «¿Cómo se sentirá?»

Aprovecha cualquier situación cotidiana para reflexionar juntos. Si veis a alguien llorando en la calle: «¿Cómo crees que se siente esa persona? ¿Por qué crees que está triste?». Si vuestro hijo ve una noticia en la tele, si hay un conflicto entre hermanos, si leéis un cuento juntos: pregunta siempre cómo se sentirán los demás.

4. Sé el espejo en el que se miran

Esto es lo más importante de todo: tus hijos aprenden de lo que haces, no de lo que dices. Si te ven pedir perdón cuando te equivocas, si te ven ayudar a alguien que lo necesita, si te ven escuchar con atención, ellos harán lo mismo.

5. Corrige, pero también celebra

Cuando veas una actitud poco empática, corrígela con calma: «Eso que has dicho ha hecho daño a tu hermana. ¿Cómo crees que se ha sentido?». Pero igual de importante es celebrar cuando tienen un gesto empático: «Me ha encantado cómo has consolado a tu amigo. Eso es ser un buen compañero».


Álbumes ilustrados que enseñan empatía (y te salvan la vida)

Los libros son una herramienta poderosa para hablar de emociones. A través de las historias, los niños pueden explorar situaciones complejas desde la seguridad de vuestro sofá. Estos son algunos de nuestros álbumes favoritos para trabajar la empatía en familia:

La colección de Apryl Stott: amabilidad, valentía y herramientas emocionales

Si hay una autora que entiende cómo hablar de empatía a los niños, esa es Apryl Stott. Sus álbumes son tiernos, profundos y prácticos. Perfectos para leer en voz alta y para iniciar conversaciones importantes.

📚 Comparte amabilidad, lleva luz
Recomendado: 3-8 años

Oso está triste porque todos piensan que es malo solo por ser grande. Pero su amiga Coco le enseña el consejo de su abuela: «Cuando la vida se vuelva oscura como una noche de invierno, comparte amabilidad, lleva luz».

Un álbum precioso sobre cómo la amabilidad puede transformar la percepción que los demás tienen de nosotros, y sobre todo, cómo un gesto empático puede cambiar el día de alguien.

Perfecto para: Hablar sobre los prejuicios, sobre cómo las apariencias engañan, y sobre el poder de la amabilidad.


📚 Encuentra tu valentía
Recomendado: 4-8 años

Coco ha perdido su valentía justo antes del festival de verano donde iba a bailar con Oso. Su amigo Oso se ofrece a ayudarle a encontrarla, pero incluso tras probar las sugerencias de todos sus amigos, Coco sigue sin sentirse segura.

Este álbum habla de algo fundamental: la empatía hacia nosotros mismos. A veces, el mayor acto de empatía es respetar nuestros propios límites y miedos. Y Oso lo entiende perfectamente.

Perfecto para: Niños que sienten ansiedad ante situaciones nuevas, para trabajar el respeto a las emociones propias y ajenas.


Imagen de tres libros de Apryl Stott sobre empatia

📚 Las herramientas de Ruby para hacer amigos
Recomendado: 5-9 años

Es el primer día de Ruby en la nueva escuela y está nerviosa. Pero tiene sus herramientas: una cinta métrica para contar respiraciones, unos alicates para recordar que ha de ser flexible, gafas para ver las cosas desde otro punto de vista…

Esta historia es una joya porque ofrece algo muy concreto: herramientas emocionales visuales que los niños pueden entender y aplicar. Ruby nos enseña que la empatía empieza por entender que cada persona ve el mundo de forma diferente.

Perfecto para: Niños que empiezan el cole, que cambian de escuela, o que tienen dificultades para hacer amigos.


Otros álbumes imprescindibles sobre empatía

📚 No como todos – Rob Biddulph
Recomendado: 3-7 años

En la gran ciudad de los perros, todos hacen lo mismo. Pero una perrita decide hacer las cosas de forma diferente y no encuentra su lugar. Hasta que descubre que ser diferente no es malo, es simplemente ser uno mismo.

Perfecto para: Hablar sobre la diversidad, sobre aceptar a quien es diferente, sobre encontrar tu tribu.


lbumes ilustrados sobre diferencia y aceptacin No como todos Ramiro el boxeador Gastn y Antoinette

📚 Ramiro, el boxeador – Lirios Bou ⭐ Premio Librerías Valencianas
Recomendado: 4-8 años

Ramiro viene de una familia de boxeadores legendarios. Entrena duro para que su foto cuelgue en el Muro de los Campeones. Pero tiene un problema: Ramiro no quiere pegar a nadie.

Una historia conmovedora sobre atreverse a ser diferente, sobre respetar los propios valores aunque no coincidan con lo que esperan de ti. Pura empatía hacia uno mismo.

Perfecto para: Niños que sienten presión por cumplir expectativas, para hablar sobre la no violencia.


📚 Gastón – Kelly Dipucchio & Christian Robinson
Recomendado: 3-7 años

Gastón es un bulldog que vive con una familia de caniches. Se esfuerza en ser elegante como sus hermanas, pero un encuentro casual revelará un secreto inesperado. Una historia sobre identidad, familia y aceptación.

Perfecto para: Familias diversas, adopción, aceptar las diferencias dentro de la familia.


Kevin: cuando la empatía te abre los ojos

Y ahora, el álbum que mejor resume todo lo que hemos hablado: Kevin, el amigo imaginario en el que realmente puedes creer de Rob Biddulph.

Sidney es un niño revoltoso que tiene un amigo imaginario muy especial: Kevin, un monstruo entrañable de color vainilla con manchas rosas. Cada vez que Sidney hace una travesura, culpa a Kevin. «Ha sido Kevin», dice una y otra vez.

Pero un día, Sidney visita el mundo fantástico de su amigo imaginario y descubre algo que le rompe el corazón: Kevin tiene sentimientos. Y está herido por todas las veces que Sidney le ha culpado injustamente.

Esta historia es perfecta porque muestra el antes y el después de la empatía. Sidney pasa de ser un niño egocéntrico a comprender el daño que sus actos han causado. Y lo más importante: aprende a pedir perdón de verdad.

Úsalo para: Hablar sobre las consecuencias de nuestros actos, sobre la responsabilidad, sobre pedir perdón de corazón.

Kevin de Rob Biddulph lbum ilustrado sobre empata responsabilidad y amigos imaginarios

La empatía se construye día a día (y libro a libro)

Educar en la empatía no es cuestión de dar un sermón de vez en cuando. Es una actitud, una forma de estar en el mundo que transmitimos a nuestros hijos con cada gesto, con cada conversación, con cada libro que leemos juntos.

Los álbumes ilustrados son ventanas a mundos emocionales que quizás nuestros hijos no hayan explorado todavía. A través de las historias de Oso y Coco, de Ruby, de Ramiro, de Kevin, aprenden que el mundo está lleno de personas diferentes, con emociones diferentes, con necesidades diferentes. Y que todas merecen respeto y comprensión.

Así que la próxima vez que tu hijo empuje a su hermana, respira hondo, abre un álbum y pregúntale: «¿Cómo crees que se siente?». Puede que no tengas una respuesta inmediata, pero estarás sembrando una semilla. Y esa semilla, con el tiempo, se convertirá en el superpoder de la empatía.